miércoles, 8 de diciembre de 2010

El universo conspirando por nuestro amor.

Cada mundo imaginario en su órbita paralela, tan paralelos nuestros universos y tan intenso nuestro querer que los agujeros negros consensuaron, en la última expansión del espacio, nos absorberían para encontrarnos en otra constelación; las estrellas, su brillo envolvente como la fuerza con la que implosiona una supernova hermana; la vía láctea, en toda su extensión sería el camino que soñábamos recorrer camino a casa; el manto estelar como la cobija que nos arroparía cada una de las noches que nos amemos.

martes, 7 de diciembre de 2010

Repentinamente todo fue asediado por luces tan fuertes que en lugar de cegarme los ojos, me los desatrancaron, cual llave maestra a cerrojo antiguo.

Desperté una mañana de diciembre abrazada de tu recuerdo, que no es recuerdo, sino espejismo de lo que nunca ha sido.
Entonces comprendí aquel mar de mentiras, siempre compensando ese vals de realidades falsas que solemos convertir en un juego al dar pasos vacilantes.
Mírame bien por primera y última vez, porque he de marcharme, porque es tiempo de buscarme un lugar que claramente aquí, a tu lado, jamás me ha pertenecido.

domingo, 14 de noviembre de 2010

P!nk - Glitter In The Air

Hoy les quiero compartir una canción que me llena el corazón y el alma.
Realmente no tengo palabras para describirla y es que no hay necesidad.

(Te pido que leas primero la letra, siéntela, hazla tuya.
Después, deja que ella te la cante.)

"Glitter In The Air"

Have you ever fed a lover with just your hands?
Closed your eyes and trusted, just trusted?
Have you ever thrown a fist full of glitter in the air?
Have you ever looked fear in the face and said, "I just don't care"?

It's only half past the point of no return
The tip of the iceberg
The sun before the burn
The thunder before the lightning
The breath before the phrase
Have you ever felt this way?

Have you ever hated yourself for staring at the phone?
You're whole life waiting on the ring to prove you're not alone
Have you ever been touched so gently you had to cry?
Have you ever invited a stranger to come inside?

It's only half past the point of oblivion
The hourglass on the table
The walk before the run
The breath before the kiss
And the fear before the flames
Have you ever felt this way?

La La La La La La La La

There you are, sitting in the garden
Clutching my coffee,
Calling me sugar
You called me sugar

Have you ever wished for an endless night?
Lassoed the moon and the stars and pulled that rope tight?
Have you ever held your breath and asked yourself will it ever get better than tonight?
Tonight

[LINK a mi blip.fm y a la canción.]

Que tu corazón lata con fuerza al final de todo esto es buena señal, te dice "oye, aquí estoy, en tu pecho". Significa que vives.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Un día en la vida de Kalidoscopia.

Resulta que este viernes...

Hermana: "Ten, tómatela." **Extiende su mano con una pastilla.**
Yo: "¿Qué?" **Toma la pastilla.**
Hermana: "Para el dolor."
Yo: "¿Dolor? ¿De la ampolleta?"
Hermana: "Noooo, de la garganta. [...] Looser. ¡HAHA! Mamáááá~." **Muere de risa y se burla.**
Yo: "Ay, cállate, cállate." **Hace puchero.**
Mamá: "¿Qué le dijiste? ¿Looser? No le digas así, Leslie."
Yo: "Sí, así me dijo." **Pone cara de víctima.**
Hermana: "Ay, se lo digo de cariño." **Lo dice con voz como de que la acaban de regañar.**
Yo: "Siempre me lo dice, me dice: 'eres una looser'." **Pone carita triste y ojos tiernos.**
Mamá: "No, Leslie, la vas a traumar."
Hermana: "Ay, cómo crees."
Yo: "Sí...-"
Mamá: "De por sí está traumada."
-MOMENTO DE SILENCIO Y ASIMILACIÓN DE LOS SUCESOS-
Hermana y yo: "¡Hahahahahahaha!"

[...Minutos después...]

Mamá: **Lavando las lentejas para cocinarlas.**
Hermana: **Se acerca a ella y se enjuaga las manos en el mismo chorro de agua que mamá usa para lavar las lentejas.**
Mamá: "¡No, Leslie! ¿Qué no ves que estoy lavando las lentejas? Looser."
Hermana: "¡Hahaha!"
Yo: "¿Qué pasó?" **Le pregunta curiosa.**
Hermana: **Le cuenta lo sucedido.**
Yo: "¡HAHAHAHAHAHAHAHAHA!

Pero qué cosas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Revelaciones.

Labios amargos, como corteza de nuez mezclada con el sabor a chocolate amargo que degustas en tus noches de creación literaria, tentándome.
Sentí mi cuerpo estremecer. Los poros de mi piel gritando tu nombre.
Mis cabellos escurriéndose entre tus dedos.
Sentí a las paredes de mi pelvis colapsar, mis piernas abriéndole paso a tu sexo.

Utopía de medio día.

Tus labios presionando suavemente sobre mis costillas, recorriendo el dorso de mi cuerpo y marcando cada parte con el húmedo jadear de tu boca. Puedo sentir tu respiración jugando entre los vellos de mi piel; me estremezco. Me estremeces. Le llamas odisea al transitar las curvas de mi cuerpo y a cada paso me descubres en mil sentidos; todos los sentidos que se convierten en mi perdición. Placer culposo tu nombre me resulta y es por eso que lo repito con constancia, entre intentos vanos de hacer caso a mi razón y detenerte, invitándote a matar la fugacidad del momento.
Quiero conocernos en la eternidad de un segundo y entender la excitación que te provoca el sentirme como tuya. Sin saber la complacencia que te compromete a dedicar un poco más de tu atención a dibujar círculos con tu dedo anular alrededor del lunar que se esconde con disimulo entre mi cintura y mi espalda, me entrego a ti.
Dices poder conocer el disfrute más simple de la vida estando conmigo.
Siendo usufructuario de los delirios nuestros circundantes me sujetas sutil del corazón. Lo sostienes vaporoso. Y entre el deplorar de nuestros cuerpos me hallo, siendo tú y siendo yo, desvanecida en mi pretensión de coger al infinito para comprobar de él las aseveraciones expuestas por los demás mortales ajenos al trance en el que nos encontramos sumergidos. Mi oxígeno absorbido por el ambiente que brama sobre quimeras para nosotros y el nosotros que busco desesperada con afán de volvernos uno.

jueves, 21 de octubre de 2010

Aurora's rice! ("Wood bark rice")

Esta vez les compartiré una entrada sobre un alimento muy normal y común: ARROZ.
Sí, arroz. El arroz es una semilla, un cereal considerado como básico en muchas culturas y, claramente, dentro de la gastronomía tiene un gran espacio en el cual acomodarse para diversos platillos y presentaciones.
Sin más, les platico que hoy al llegar del colegio me topé con que mi hermana necesitaba ayuda en la cocina por las prisas del tiempo. Así, me puse a cocinar el arroz, sin embargo, algo me dijo que debía hacerlo con un método que saliera de la rutina.
Dicho ésto, les presento la receta que escribí después de haber preparado mi arroz:

Ingredientes:

*Mantequilla/Margarina/Aceite vegetal de cocina.
*Dos dientes de ajo.
*Una rebanada delgada de cebolla. (Me refiero a una cantidad moderada para que no absorba los sabores de los demás ingredientes.)
*Un cubito de Knor de pollo (consomé).
*Sal -una pizca-.
*Jengibre en polvo. (Ésto para simular un sabor como de corteza, nueces y semillas.)
*Canela en polvo.
*Tomillo.
*Orégano.
*Nueces picadas finamente.
*Esencia de vainilla.

Procedimiento:

1.- El arroz se dora con dos porciones de mantequilla sin dejar que se colore de café.
(Porción: 1 cucharada cafetera.)
2.- Se le agrega la salsa previamente preparada de la siguente manera:
-Se agrega a la licuadora la cebolla, el ajo, el consomé de pollo, jengibre, tomillo, orégano, canela y sal -una pizca- y se mezcla todo uniformemente.
(Se usa por cada taza de arroz, una taza de agua o consomé. -En caso de usar consomé líquido o una concentración cuiden la proporción, además de que con el uso de consomé líquido se eliminaría el uso del cubito de knor y el agua ya que estarían comprendidos en el mismo.)
3.- Sin dejar que se reduzca el agua, se agrega una cucharadita de esencia de vainilla, distribuyéndola por toda la preparación.
4.- Después se agregan las nueces y se revuelve suavemente para conseguir un resultado parejo y equitativo.
5.- Cocinar a fuego bajo por 25 minutos.
(Preferentemente usar una olla con tapa transparente para poder vigilar la cocción sin destapar.)
6.- Dejar reposar cinco minutos después de apagar la flama.

NOTA: Yo utilicé una taza y media de arroz. Sólo lo menciono por cualquier duda que pueda surgir ligada al asunto. Igual deben cuidar la mantequilla o el aceite que se usa, debe ser en proporción a la cantidad de arroz que se piensa cocinar.

Un tanto simple, quizás, pero espero lo intenten si es que quieren salir de la rutina y probar algo nuevo. No es que sea la receta para preparar arroz más creativa, pero si prestan un poco de atención podrán notar la diferencia de sabores. Es realmente exquisita -o al menos éso me pareció a mí-.
Me encantaría describirles el sabor como tal, pero prefiero dejar que lo experimenten por sí mismos. De igual forma pueden intentar con otras variantes y crear una nueva receta que se acomode a sus gustos.

Un placer ser leída por ustedes.
[¡Se agradecen los comentarios!]
Por lo pronto me despido deseándoles ¡buen provecho!

PD: Disculpen la falta de material visual. No logré llegar a tiempo a la mesa para tomar una foto antes de que todos se sirvieran en sus platos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Dolorosa fantasía que me mantiene viva.

Y cuando termino de fantasear lo que puedo sentir son mariposas negras en mi estómago.
Sí, siento mariposas después de imaginarnos juntos. Mariposas negras que me dicen que esto no terminará bien.

Me dueles.
Me dueles, te digo.

domingo, 10 de octubre de 2010

Mi nombre.

Hola, mi nombre es Aurora Marisela "Anticipación Ante Todo" Dudosa Incongruente Complicada Pecadora Amargada Difusa Desfragmentada Hipersensible Aguafiestas Reyes Vivero.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Wasting time with no waste.

Making plans, layed down over the bed with almost lights out but a lighted candle. Thinking about the things I could do, the places I could go, and the friends I could be with at those imaginary moments.
Having my iPod, playing music, and listening to it with my big black-orange-white headphones. Getting a playlist done with the songs I think we'd like to listen to while driving at the highway; sweet-light balads, singing along.
A video-camera recording everything we do and say, catching smiles, laughing, having fun. I really can feel the wind on my face, the speed.
Dreaming with a "winter love". Yes, a "winter love" would be ideal. To love, to be loved, to kiss, to breath.
And I'm feeling quite secure to consider a place for getting all these thoughts as reality: San Cristóbal de las Casas.
People on streets, the dynamics of the city, artists, tourists, strange faces, new sensations, new people, and a lot of adventures. What a place! And I'm thinking December too. Oh, that's it. Can smell the cold weather at a cottage, the wood's fragance, and the dew at the day's first hours. Why can not think about bonfires using the fireplace, eating sweet marshmallows? That'd be nice too.
All these stuff like a dream, best friends, lovers, places, feelings; that's what it is: A dream.

I'm dreaming out loud and it feels good.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Tweets que no pueden ser twitteados.

Te veo en la noche, bajo las estrellas, en el balcón de mi casa. Tú llevas tus brazos y yo pongo mis labios.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Before my death.

Una lista de cosas que quiero hacer -algunas ya fueron hechas- antes de morir. (Supongo que con el tiempo la lista irá creciendo, al menos eso es lo que pretendo-.)

1) Hornear galletas con alguna amiga.
2) Ir al cine y ver una película sin compañía o amigos.
3) Tocar una melodía suave en el piano.
4) Ir a un Café y dedicar el tiempo a mí.
5) Encender una vela pequeña antes de dormir y esperar a que se extinga su luz para descansar.
6) Componer una canción.
7) Abrazar a alguien bajo la lluvia.
8) Sentarme en la orilla de una playa a ver el amanecer/atardecer.
9) Bailar hasta que me duelan los pies y no pueda más.
10) Sonreír a un extraño.
11) Besar sin usar los labios.
12) Hacer sonreír a un niño.
13) Abrazar a un extraño.
14) Publicar algún texto original con mi nombre.
15) Regalar una planta que haya plantado yo misma hasta crecer sana y bella.
16) Dejarme sorprender por las simplicidades.
17) Descubrir un instante mágico.
18) Hornear un pastel de cumpleaños.
19) Lograr que un sastre haga un vestido diseñado por mí y para mí.
20) Hacer un viaje con mis amigos a un lugar mágico.
21) Sentarme junto a una fogata.
22) Asar malvaviscos y comerlos -om nom nom-.
23) Hacer un twitcam-livestream-.
24) Usar la ropa de mi novio (en caso de tener uno).
25) Tomarme una foto usando un moño o listón de regalo, como si yo fuera el regalo.
26) Tener un Totoro.
27) Cocinar para mis amigos.
28) Cantar frente a muchas personas y no morir en el intento.
29) Conseguir un lente de 50 mm.
30) Tener unos lentes como los de Lennon/Alucard/Osbourne/etc.
31) Sentir miedo.
32) Hacer algo valiente.
33) Escapar de casa (y volver).
34) Tener filtros bokeh con formas bonitas como la TriForce, Navi, estrellitas, los símbolos de los emblemas de los niños elegidos y demás niñerías.
35) Ir a la playa con amigos/conocidos.
36) Enviar una carta a alguien en otro estado.
37) Enviar una carta a alguien en otro continente.
38) Tener mi propio sello para lacrar.
39) Sentarme en algún Café y leer un buen libro.
40) Ser intervenida por algún extraño, charlar y partir del lugar sin decir nombres, mas agradecer la compañía y lo ameno del momento.
41) Ser abordada por algún oficial de policía que me pida mi identificación (esté o no haciendo algo "malo").
42) Hacer un amigo en alguna biblioteca.
43) Tener una musaraña.
44) Ser madre.
45) Trabajar.
46) Cantar a dueto Baby, It's Cold Outside.
47) Grabar un CD con canciones cantadas por mí.
48) Conocerlo a él y amarlo aún en la distancia.

viernes, 17 de septiembre de 2010

De divagaciones noctámbulas.

Es a altas horas de la noche cuando me siento acaparada por el insomnio, me absorto con los pensamientos taciturnos, recurro a las ideas más grises y me intento hallar en el vacío; cuando los brazos de Morfeo se ausentan y lo único que parece funcionar en mi cuerpo es el corazón, la mente y la piel. Y en la confusión de lo incierto pretendo acoger la ausencia de mis sentidos y de lo lógico.
La madrugada se hace notar con el torbellino de sensaciones encontradas junto al calor palpable de la noche que erige al ambiente adyacente. Los poros de mi piel insinúan oscilantes la extinción del aire al intentar liberarse del yugo de las sábanas liosas. Y en lo alto, desde la veta nocturna y despejada, la ecuánime luna ensaya por primera vez la aversión por un alma. El alma mía que no se cansa de victimarse pues, en plena consciencia de lo nombrado realidad, disfruta de añadir tintes dramáticos; ese ser mío que, aún en ese estado de inanición y contradicción, reconoce el estar con vida.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Glorias: Los trazos de una historia de amor.

Dulces tus labios,
una incitación consciente.
Tentación en juego
y juegos que tientan.
Las yemas de mis dedos sobre tu mano.
Movimiento fortuito y planeado.
Besos de cajeta y nuez,
el destino y la suerte.
La respiración contenida.
Rojo culpable celofán
y letras doradas.

viernes, 9 de julio de 2010

En perspectiva.

Esta mañana lo primero que vino a mi cabeza al despertar fueron las palabras "huevos con tocino", en serio, no les miento. Realmente fue gracioso para mí ya que no soy alguien a quien de pronto le den esos antojos que parecen no tener razón y, últimamente, he estado desayunando leche, una banana y una que otra galleta pues no soy de madrugar constante (digo, son vacaciones). Sin embargo, el día de hoy fue la diferencia. Habría optado por un cereal con fresas y leche a como hago normalmente, pero ya que la situación no era completamente normal me dije "que sean huevos con tocino".

Justo ahora acaba de surgir una idea en mi cabeza (acabo de cambiar el título del post por lo mismo). ¿Qué tal algo de perspectiva para esta mañana? Es cierto que las cosas, las personas y las situaciones cambian dependiendo del punto de donde les mires. Así, le pondré algo de perspectiva a mi desayuno. Si lo veo desde un lado pesimista y negativo las cosas habrían sucedido más o menos así:
"Huevos con tocino, hm. El tocino no tiene ni una pizca visible de algo sano en él, ¿por qué debería comerlo?" Y siguiendo a mi mente, aún así, lo habría cocinado. Yendo a la nevera por un par de huevos y el paquete de tocino habría notado que nuevamente el foco que ilumina la nevera no estaba funcionando. "Oh, qué bien (sarcasmo). Para colmo tampoco encendí la luz de la cocina, osh. Ahora no veo nada." Con tal de no ir a encender la luz habría buscado a oscuras las cosas, lo bueno que era de día y unos cuantos rayitos de sol se colaban entre las cortinas. Al tener ya el tocino y los huevos para cocinar, por no tomarme la molestia de encender la luz antes, me hubiese regresado hasta donde el interruptor para poder hacer todo bien. Está bien buscar a oscuras, ¿pero cocinar? No, ya sería demasiado. "Maldita luz." Lo siguiente es buscar en donde cocinar las cosas. "Sartén, sartén... Ay, están sucios." La verdad, si hubiese hecho las cosas con esa actitud, no tengo idea de cómo habría resultado todo. No sé si habría buscado un sartén limpio o si hubiese lavado los que estaban ahí. Y ya que no puedo imaginar algo al respecto pasaré a cocinar. "Mantequilla en lugar de aceite para dorar los huevos revueltos. Aceite para dorar el tocino. ¿Qué tanto dañará esto a mi sistema?" Mientras cocinaba -fijándome a la realidad- algo de aceite del tocino saltó y me cayó una gotita en la muñeca. Ahora no se siente nada, pero es casi seguro que en el momento habría dicho "damn!" o algo parecido. Probablemente me habría quejado mucho.
Les cuento que un dolor en la espalda baja me llegó inmediato al despertar, un dolor horroroso. Apuesto que también me habría quejado hasta por los codos del dolor al cocinar, porque bien que me dolía.

Seguramente al tener servida la comida y empezar a desayunar también me hubiese quejado. Si no por la cantidad de aceite o grasa, por el sabor o lo primero que viniese a mi mente. "Sabe feo, como a quemado. Maldita mantequilla. Debí usar menos. [...] Este tocino, no debería comerlo. La buena dieta de días atrás a la basura. [...] ¿Por qué me estoy tomando este yogur? Esta lleno de azúcar. Ni si quiera es el que me gusta. Qué horror. Debería tomar leche, agua, algo diferente y no esto. [...] Este maldito dolor en la espalda. Debí poner atención al trabajo de las vértebras de la clase de anatomía. [...] Bla, bla, bla, bla, bla." Sí, probablemente habría sido algo así.
Pero ahora les cuento lo que realmente pasó:
Esta mañana al despertar lo primero que vino a mi mente fueron las palabras "huevos con tocino". No es algo que suela desayunar. Es más, ya tiene años desde que un paquete de tocino entró a esta casa, años literalmente hablando. A pesar de ello, un paquete entró a esta casa el día de ayer. Puede ser que eso halla motivado al esporádico antojo. También puede ser el que haya cenado algo de tocino la noche anterior. Pero haya sido lo que haya sido, las palabras en mi mente siguen siendo las mismas: "Huevos con tocino". Mi reacción fue reírme un poco del asunto y dejar que el día fuese algo diferente.

Busqué los huevos y el tocino en la nevera, encendí la luz y no recuerdo haberme quejado, limpié los sartenes que pensé utilizar y comencé a cocinar. Mientras el tocino se doraba una pequeña gota de aceite cayó en mi muñeca y habré dicho algo como "ouch" o "sss..." por el dolor, pero nada más. Seguí cocinando y recuerdo que no logré encender una de las hornillas. Lo que hice fue esperar a que una de las cosas estuviera lista, retirar del fuego y colocar el otro sartén -sin quejas-. Serví todo en el plato, lo llevé a la mesa y regresé por algo de beber. Me dio tanta flojera buscar un vaso para servirme leche, mi voluntad no fue tan fuerte para querer algo de agua, así que tomé un yogur bebible y me fui a la mesa. En mi mente había una pequeña voz diciendo que no me bebiese eso, pero le ignoré y lo hice sin remordimiento alguno. "Ya me cuidé como por mucho tiempo. Un día no me hará tanto daño. Soy joven." Algo así fue lo que pensé. Al comer los huevos revueltos sentí un ligero sabor a quemado, pero no le di importancia, no era razón de queja.
Mientras cocinaba y ese dolor de espalda constante me molestaba pensé en dar gracias, pedir perdón y eso que uno debe hacer por las mañanas (quizás así se me iba el dolor por un rato). Hace unas semanas lo hacía a diario, pero se me fue olvidando y hoy recordé que era importante hacerlo. Di gracias y pedí perdón y, siendo sincera, me quedé a medias en la oración porque estaba hambrienta -la verdad es que aún no termino de orar, pero en cuanto termine de escribir lo hago-. La misma oración que nació por el deseo de olvidarme del dolor de espalda me llevó a pensar en que muchos no tienen qué comer ni qué beber, no tienen casa u hogar, inclusive muchos no tienen ni el amor con el que uno ha sido bendecido. Ese amor y cariño que puede muchas cosas tales como reducir la importancia de las otras carencias materiales. Hay que ser agradecido y pedir por los demás; eso es lo que pienso justo ahora. (Una reflexión en la mañana no viene mal. Ni yo me la esperaba.)

Regresando a lo que el título pretendía, ¿ven la magia de la perspectiva? Yo sí.
No acostumbro ser tan positiva como creo me leí en estos últimos párrafos, pero es bueno un cambio de vez en cuando. (También escribí esto porque tenía mucho que no lo hacía -me refiero a escribir-.)

Cuando crean que están teniendo un mal día o que no podría existir algo peor, créanme, sí podría ser peor y no están en el hoyo más profundo ni más oscuro, están bien. No se fijen en lo molesto de sus días sino en los instantes que los hacen maravillosos y diferentes porque ningún día es igual. Sean siempre agradecidos, siempre. Aprecien un "buenos días" y una sonrisa que, a pesar de ser gratis, tiene un inmenso valor y desgraciadamente en este mundo no se le regala a cualquiera. Caminen por la vida con la mirada en alto y seguros de sí mismos, porque todo lo demás es incierto y la fortaleza de uno crecerá tanto como uno mismo quiera. El único capaz de establecerte límites eres tú mismo. Sobretodo aprender, aprender de los errores y también de lo bueno. Parecerá repetitivo y nada original, pero es la verdad. Seguramente es por esa razón que se escucha tanto y aún así no se presta la debida atención a lo dicho. Para no hacer el cuento largo les resumo y recomiendo que cada mañana se tomen una pildorita de optimismo, busquen las cosas positivas en los demás y en ustedes, aprovechen sus virtudes y fortalezas sin dejar de lado las debilidades porque esas, siendo parte de cada quien, también se pueden trabajar para bien.

Finalmente, cuando se vean a oscuras y les sea difícil encontrar ese rayito de sol que ilumina todo, deténganse a respirar un poco, a pensar y a hacerse un favor: agreguen a sus días algo de perspectiva.

domingo, 6 de junio de 2010

¡Placeres domingueros para el paladar!

Creo que no es lo mío el comentar sobre recetas y comida. Sin embargo, les quiero contar sobre lo que mi madre y yo hemos preparado para la comida de hoy:

1.- Brócoli al vapor con gratín de queso Edam.
2.- Arroz.
3.- Calamares rellenos de atún, huevo, cilantro y pimientos en salsa de vino blanco y tomate. (8)
4.- Filete de pescado empapelado. (4)

Por cierto, no pienso ponerles recetas ni explicaciones exactas de cómo se hicieron los platillos -puesto que ése no es mi fin-, pero les cuento mi experiencia:

1.- El brócoli es de lo más fácil ya que sólo es cocinarlo al vapor -nosotras ya lo teníamos cocido de un día anterior-. Sólo utilizamos un refractario y le untamos mantequilla en su base, colocamos los trozos de brócoli y fuimos alternando trocitos de margarina/mantequilla y el queso Edam -nosotras lo rallamos-. Yo diría que me resulta más útil tener el queso a temperatura ambiente porque de esta forma -al ser un queso seco- se derretirá más fácil. Si lo tienen guardado en un refrigerador, supongo que tardará un poco más en derretirse. (También les recomiendo usar queso manchego el cual se derrite mucho más fácil y tiene un sabor excelente.)

2.- Si les intento hablar del arroz les estaré mintiendo porque ni vi cuando lo hizo mi madre, ¡haha! Pero bueno, éso es algo sencillo y que "todos" saben hacer. ;] (A nuestro arroz nos gusta agregarle trocitos de apio.)


3.- Los calamares... ¡Uff!
En realidad no es algo complicado -y confieso que jamás había probado, cocinado, o tenido una experiencia cercana a estos "adorables" animalitos-. Lo único es que si no tienes la práctica el proceso de limpiarlos y prepararlos podría tomarte algo de tiempo. Pero les digo, la demora tendrá su recompensa.
Deben asegurarse de lavarlos bien, quitarles el aguijón, la parte que contiene su tinta -procurando no romperla para no mancharse ni manchar al calamar-, remover todo lo que conforma su interior, etcétera. La textura es ciertamente extraña, pero una vez cocinados tienen un delicioso sabor. Cuando estén limpiando su interior, no teman por la textura. Pueden girar al calamar -me refiero a invertirlo, exponiendo su lado interno e internando su lado exterior-, así podrán limpiarlo mejor. Al principio parece que se romperá, pero no, es resistente. Una vez lavados pueden comenzar a rellenarlos. Mi madre y yo hicimos un relleno de atún con un ligero sabor a tomate -para éso se prepara una salsa-, también pusimos cilantro, huevo cocido en trozos pequeños, pimiento amarillo, y pueden agregarle otras cosas de su preferencia. Los extremos del calamar, una vez relleno, se sellan con ayuda de un palillo. De ahí se enharinan y salpimentan y se colocan en una sartén -previamente se sofrieron cebollas en el aceite-. Seguidamente se agrega una salsa que le dará sabor y consistencia a los calamares; está hecha con dos tomates -pueden agregarle un cubito de concentrado de tomate-, especias, y media taza de vino blanco. (No esperen mucho tiempo para agregarla a la sartén.) Para regular el sabor ácido de la salsa le agregan dos cucharadas soperas de leche. :D


4.- Nuevamente, no tuve intervención alguna con los filetes de pescado empapelado, pero les digo que fueron salpimentados y cubiertos con zanahoria rallada. También agregamos trocitos de pimiento amarillo y apio, además de usar un poco de aceite de oliva para que no se pegaran al aluminio. (Se hicieron en una vaporera.)


Básicamente, éso fue todo.
Decidimos acompañar la comida con limonada fresca. (Les comento que a mi vaso le agregué una cantidad muy pequeña de vino blanco, sólo para cambiar un poco el sabor.)
Y bueno, les anexo unas últimas fotos -a como lo he hecho con los demás platillos- de lo que resultó nuestra comida del domingo:


Les pido una disculpa si las fotos no son totalmente maravillosas o si la presentación no es absolutamente fantástica, hice lo posible. (:

Ya para despedirme, espero que el placer al paladar que hoy me di el lujo de tener, sea para ustedes también un deleite a la vista.
¡Ciao!

viernes, 4 de junio de 2010

La locura dice ser cuerda.

Sólo quiero que me escuches.
Yo sé que no imagino cosas.
Sólo pido que prestes atención a lo que digo.
Estoy segura de que no estoy sorda.
¿Cuánto más debo esperar?
Me miras, no quiero voltear.
Dices querer escucharme.
Seguro que no lo deseas con fuerza.
El alma se sala y se derrama la tristeza.
Incomprensión, confusión.
Dices que demonios habitan en mí.
Posesión. Esencia dividida.
Lo has dicho tanto que los puedo sentir.
Yo sé que no estoy loca.
Exclamas no ser sinónimo de perfección.
Tu actuar no lo refleja.
Errores no caben en tu persona.
Es lo que tu boca y mente revelan.
Oveja negra soy.
Que he sido dotada de lo mejor.
Espacio lleno y vacío.
Llévame y otorga lo mío a alguien más.
Llévame, pero no me retengas en ti.
No te merezco, ni a tu gloria.
Arrancaré mis oídos.
Han sido inútiles, al parecer.
Cortaré mi lengua y zurciré mi boca.
Sólo saben dañar y escupir veneno.
Que me he elegido víctima.
No está en mí la negación del hecho.
Demencia es mi nombre,
por complacerles.
Esquizofrénico el estado que me ata a este cuerpo.
Eximentes las palabras que he escrito esta noche.


domingo, 30 de mayo de 2010

El dolor de olvidarte.

Tapiar las oquedades del corazón, que alguna vez te perteneció, con besos nacientes de un par de labios desentendidos por mi alma indolente y acogidos por las sinsabores penas que concibió aquella adoración enfermiza que te entregué. Tormentos se molestó en traer como si de acto recíproco se tratase.
Latoso el pensamiento que te comprende y que duda, por un segundo, de despreciarte.
Eres punzante daga y eres piel frágil, el filo hiriente que provoca la herida, y la herida misma que suplicio eterno se torna.
Pretendo olvidarte, y en el olvido tu recuerdo. Yace la angustia de tu ausencia en mí, y el dolor de lo que fue presente y no lo es más. Pretendo olvidarte, y recurro al olvido. Ignorar el fantasma del nosotros es sólo una preterición más de lo que mataste sin haber sido vivo. Someto mis palabras de manera solemne al deseo de olvidarte para engañar al espejismo de retener tu aroma. Todo lo tuyo me resulta agobiante, pero incluso el olvidarte me resulta doloroso.

lunes, 8 de febrero de 2010

Pero qué cosas a la hora de cenar...

Siempre es el mismo dilema a la hora de la cena: Soy una adolescente de 16 años que tiene una madre demasiado pendiente de mis necesidades, sobre-protectora, dadivosa e indulgente, además debo decir que es muy terca y posee una enorme imaginación por lo que nunca se queda sin opciones. Cuando se trata de la cena, mi madre llega con la duda de qué es lo que me gustaría cenar. Normalmente contesto con un "no sé" o "lo que sea", pero ella se queda justo en donde está y comienza a lanzar, palabra por palabra, una lista de sugerencias que parece ser infinita. Hoy vino a hacer la misma pregunta de siempre: "¿Qué piensas cenar, Aurora?" Le contesté: "Hm, no sé. Tengo ganas de comer mermelada, algo dulce." Ella me dijo: "Ah, bien. Ahí hay pan tostado. Lo comes con mermelada." A mí me pareció buena la idea y asenté el acuerdo con un: "Sí, ok." Sin embargo, como ella acostumbra hacerlo, comenzó a sugerir más cosas a pesar de que ya habíamos establecido la idea para mi cena. Al menos, yo creí haberlo hecho. Supongo que la idea que le surgió de manera continua a la previa fue porque estábamos hablando del pan tostado: "Ah, compré pan de nata" me dijo. "¿De nata?" pregunté. Ella continuó: "Sí, de nata. Es un panqué normal, como el que horneé, pero de nata." Yo sólo dije: "Aaah, sí." Ella sugirió: "También puedes comer un poco del pan con leche." Yo empezé a pensar en lo que iba a venir en unos cuantos segundos: más sugerencias. "Aah, sí. También, pero no. Tengo ganas de comer mermelada." Como mi madre parece no escuchar lo que uno dice continuó hablando: "También compré queso cottage. También hay panela." Yo me limitaba a decir: "Uh huh..." Y ella decía: "Aaah, o también hay cereal. ¿Te hago un cereal, no?" Yo despegué la vista de la pantalla de la laptop y la miré con un poco de desesperación: "Mamá, en primera el cereal no se hace, se sirve. Y no te preocupes, el cereal se pone en un plato y le pones leche. No necesito que me lo sirvas. Puedo hacer sola, ¿sí?" Ella sólo me miró con una leve sonrisa dibujada en su rostro como con ganas de reír: "Hm, ay Aurora... Ah! Tu papá quiere unos huevos revueltos..." Recuerdo haberle dicho que sí a lo que continuó hablando, pero en realidad no le puse mucha atención y me encerré en mi idea de comer algo dulce. Ella se fue y yo continué haciendo lo que estaba haciendo: 'twittear'.
No sé cuántos minutos pasaron, pero no fueron muchos para cuando escuché a mi padre venir para decirme que mi sandwich ya estaba hecho, servido y en la mesa. Yo me dije a mí misma: "¿Qué?" Miré a mi papá con una cara de desconcierto. Realmente no sé cómo se habrá visto mi cara en el momento, quiero decir, no tenía un espejo en frente como para verla, pero sé que por dentro y en mi mente reinaba una sensación de absurdo. "¿¡Un sandwich?!" exclamé. Mi papá con ésa emoción de niño que guarda en su corazón pero que siempre es capaz de mostrar me dijo: "Sí. Con jamoncito, tomatito, repollo, mayonesita... Hmmm!" Lo habré mirado fíjamente a los ojos como unos siete segundos para después decirle: "Ay, ¡por favor! No, es que, ella... ¡Osh!" En realidad hago eso siempre que me frustra algo, y es que en el momento no encuentro la idea exacta de lo que quiero decir. Como sea, comencé a contarle a mi padre la típica secuencia de comida que mi madre suele sugerir. Mientras yo me exaltaba en ciertas partes de la explicación mi padre reía. Seguramente su mente se estaba llenado de ideas divertidas. Mi padre adora ésa forma única de ser de mi madre. A pesar de ser "predecible" nunca sabes qué esperar de ella, nunca. Así, terminé de contarle lo que ustedes leyeron en éste texto y me fui a la mesa a cenar con él y con mi madre. Ya estando en la mesa debo decir que el sandwich se veía muy apetitoso, fue entonces cuando me empezó a causar gracia el hecho.
En la mesa estaba los tres sandwiches, uno para cada uno de nosotros. Aparte, dos platos: uno, con rebanadas de tomate y repollo; otro, con aguacate. Yo no noté el aguacate hasta que mi padre tomó un poco con el tenedor. Decidí tomar también un poco, pero al hacer la petición a mi padre de que me pasara el plato, mi madre dijo: "Ya tiene tu sandwich." Me molestan mucho esos comentarios que ella hace, más porque los hace de manera impulsiva y sin pensar. Le dije a mi padre que ya no quería y mi madre añadió: "Pero puedes ponerle." Si hubiera sido en otra circunstancia seguramente yo habría empezado a discutir con ella, soy muy explosiva cuando ella hace esas cosas, esos comentarios con los que te hace juegos mentales. No sé si me entiendan... De igual forma, permanecí tranquila porque mi padre intervino e hizo que ella se diera cuenta e hiciera conciencia de lo que había dicho hace unos minutos y lo que acababa de decir. Entonces me dijo: "Sí, ponle. Ponle aguacate." Les digo que tampoco me gusta que me ordenen cosas y éso sonaba a una orden. Aún así permanecí tranquila, tomé el aguacate y lo unté en el sandwich. A pesar de que pasé por estas cosas antes de poder cenar, admito que el sandwich de jamón con mayonesa, aguacate, tomate, queso y repollo sabía muy bien. Es algo por lo que se debe agradecer, ¿verdad?
Y a pesar de que éste final se lee apetitoso y agradable al paladar, termino de escribir estas lineas inconforme, pues ésta noche iré a la cama sin haber probado un poco de mermelada.

martes, 19 de enero de 2010

Pero serás mío, en mí.

Mis noches de insomnio tomarán tu nombre y mi aire serás tú, mis deseos naceran de tus ojos y lo más dulce, el sabor de tus labios, será de lo que nunca tendré conciencia. Y aquella melodía perfecta, que tanto he anhelado, escucharé cada vez que tu boca pronuncie esas palabras que siempre soñé podrían ser para mí. Y tú serás mi afán y yo una fugaz luz de la que no sentiste calor ni percibiste brillo.

martes, 5 de enero de 2010

Incertidumbre.

Es curioso cómo alguien que no conoces puede hacerte dudar tanto y de tantas maneras.

lunes, 4 de enero de 2010

Monocromía.

El aroma a humedad en el aire invadía la habitación, con tal intensidad que no había necesidad de mirar el calendario para saber que en los últimos días había comenzado noviembre. Se empieza a sentir el frío. En las aceras se comenzaban a formar pequeños charcos de agua, al mismo tiempo en que las gotas de lluvia resbalaban por las hojas del bonsái de naranjos, que hace unos meses me regaló mi madre. Ella trajo aquí a la planta con la intención, según sus extrañas ideas de Feng Shui, de traer “nuevos aires” a mi vida y cambios para bien de mi equilibrio personal. Sé que su fe en esas cosas es grande; me atrevo a decir que es más grande de lo que una vez fue su fe en el tal Dios, antes de que aquel hombre al que alguna vez llamé padre nos dejase a la suerte, pero por más que ella crea, por más que ella lo intente, estoy consciente, de que suceda lo que suceda, cualquier cosa venidera no modificará lo que es o lo que fue. No modificará el hecho de que me encuentro aquí, sentada en este sillón frente a esta ventana, siendo espectadora del panorama cotidiano y gris que se aprecia desde aquí, que no es único ni especial, sino lo contrario: la vista tan monótona de esta ciudad en la que he pasado mis escasos 24 años de existencia, si es que a esto se le puede llamar existir. Estar sentada aquí, el viento que juega entre las cortinas, las cortinas de tela suave, fresca como el aire que se respira y el viento que vuelve para acariciar mi piel con roces que me hacen sentir viva. Viva para mirar a esta lluvia, precipitarse en pequeños cristales, frágiles, acuosos, mientras cae, sentir que la siento. El ambiente me pone pensativa y me hace creer que el día vive, vive más de lo que yo he podido vivir. Como si la mañana quisiera hablar y hacerse escuchar. Como si cada una de las cosas a mi alrededor fuesen pinceladas descuidadas y azarosas que intentasen hacer de mi pasado y mi presente un Monet, con su arte impresionista, trazos imprecisos y no claros, intentando contar una historia que a mi parecer no merece tal gloria, cual cosas ejemplares sí han ameritado a lo largo de la historia.

La historia de aquello que ha acontecido a lo largo de todo, a lo largo del camino, a lo largo de todo lo que me ha traído hasta este lugar, aquí. El momento y este lugar. Y este tiempo. El tiempo que no es mío, pero que se me ha dado. El que he tomado, siendo egoísta y desconsiderada, sin preocupación ni cuidado. El tiempo que he tomado para mí y nadie más. Porque lo sentí necesario, sí. Y necesario ha sido el apropiarme de una mañana y de un día, hacerme de casi veinticuatro horas y de la tarde, tomar como mía a la noche. Olvidarme de lo que llaman mundo y sentirme con el derecho de reclamar ese tiempo que, a pesar de no pertenecerme, lo siento mío. Porque muchos otros se han creído capaces de reclamar el tiempo del que se supone yo dispongo, el tiempo del que me provee la tal vida y el aquel Dios. Ese Dios que no conozco, el que según me ha dado la vida y al cual llaman Maestro; más maestra ha sido la vida para mí, más que cualquiera y cualquier otra cosa. Ya tantos golpes y zarandeadas, los moretones en el alma no se quitan con el tiempo y las heridas del corazón no cierran fácil. Uno se acostumbra a ese saborcito amargo y acerbo, comparable con esas lagrimitas y gestos sincerados de infante al cual se le ha negado un caramelo. Debo decir que antes me parecía constantemente desagradable pero ahora ya no lo distingo de alguna otra sensación.

Sensaciones, hablando de ellas, son pocas las que puedo recordar. Ahora sólo se me viene a la mente el aroma del café por la mañana y eso porque ayer tuve una taza llena para mí. El colmo es que ni ese aroma parece placentero porque, a su vez, me hace pensar en el trabajo. Maldito trabajo. Todas las mañanas, lunes a viernes, la misma canción. Canción tediosa y de tempo ajetreado. Como si el ir a la oficina a las seis de la mañana fuese algo disfrutable. Disfrutable es tomarte un martes de entresemana para no ir a pretender que haces un trabajo maravilloso y de calidad, sentada en un cubículo justamente igual al de los otros a tu alrededor. Porque aquí no les interesa quién o qué eres. Porque para los que están arriba de ti no es importante tu nombre e irónicamente para esas bazofias todos son la misma basura.

Es un hecho que día con día los tiempos se hacen cada vez más difíciles para los soñadores y yo hace mucho que decliné la estancia en esa lista. Tantos sueños que se abandonan por el paso de la senda ¿y para qué? Para ganar a cambio un hermoso juego de cadenas y grilletes sociales que combinan lindo con ese numerito imaginario que te distingue de los demás.

“Nadie dijo que la vida es justa”, dicen aquellos los resignados ante lo que acontece. Pues yo destruyo su verdad diciendo que ciertamente alguien lo ha dicho. Mi madre siempre mencionó: “No te preocupes, que la vida se encargará a su tiempo.” Y no es que quiera un pretexto para culpar a alguien de la injusticia de la vida. Ella es simplemente una persona más entre el montón y, siendo del montón, la única a la que he de agradecer por algo. Quizás no me evitó el sufrir, pero sí que lo compartió conmigo y hasta la fecha carga con penas que no le corresponden.

Hoy al despertar decidí no ir a la oficina, con el fin de concebir mío al tiempo para hacer quién sabe qué. Ya ha caído la noche y sigo aquí, sentada en este sillón, sosteniendo el bolígrafo y presionando la punta contra las hojas de papel del cuaderno, pensando. Mientras pienso, el silencio me hace girar la mirada. Atravesando el pasillo, mi cuarto. Puedo observar a lo lejos la cama de la cual me levanté hace unas 20 horas. Las sábanas, tal y como las dejé al despertar, denotan las noches de una soltera, sin rastro ni esencia de algún hombre amante que haya compartido algo de sí. Mantengo la vista en las sábanas, perdiéndome en los pliegues y arrugas de éstas. Un minuto y otros más permanezco así, en blanco. Y siento el aire frío en mi rostro, en mis brazos, recorriendo mi piel. Y escucho al agua caer y me doy cuenta de que sigue lloviendo. El cansancio en mis ojos llena de pesadez a mis párpados haciéndome cerrarlos con torpeza y lentitud. Abro los ojos. El fresco de la noche está muy presente. Un impulso me lleva a mover mi mano para cerrar la ventana. De la venta hacia afuera un borde que hace de base y macetero. Y en él, el bonsái a expensas del tiempo y del clima. La lluvia incesante y recia. Las calles húmedas, oscuras y desoladas. El cielo parece llorar, dejando sobrevenir su tristeza en las almas taciturnas de la noche y sobre las raíces del bonsái. El bonsái ahogado en agua y yo no hago nada para evitar su sucumbir. Porque la vida parece empeñada, empeñada en continuar su llanto, empeñada en regar desdichas y tribulaciones, obsesionada en acabar con aquello que podría representar un cambio, la última esperanza ajena y propia, un giro esperadamente inesperado, capaz de organizar un poco las cosas que están y que están por venir.

Obedeciendo a mi cuerpo, me levanto. Me quedo ahí por un minuto, observando al bonsái mortecino. Giro, me dirijo al pasillo y de ahí a mi habitación. Finalmente me recuesto en la cama, sin saber del tiempo. Escribo esto último antes de ceder ante la extenuación de mi todo, consciente de que el día de mañana será uno más y uno menos, tan igual como los que fueron y los que serán.