martes, 11 de diciembre de 2012

Hola. Mucho gusto.

Hace falta la calidez de un bien querer, que por las noches te construya un hogar entre sus brazos, te sostenga, te coma las penas de tus ojos a besos y sople muy lejos con su aliento esos tus miedos que tanto te aterran las ganas, ponen de rodillas tus esperanzas; por las noches se acueste a tu lado y temblando tu cuerpo de dudas le supliques cuidar de ti, hacerte desaparecer, evaporarte lento, volver a sus ojos calmados, sinceros.
"Cierra la puerta."
"Nadie va a entrar."
"Cierra la puerta."
"Nadie va a entrar".
"Ciérrala."
"¿Por qué?"
"Ciérrala... Por favor."
Y aunque nadie en el mundo fuese a atravesar la puerta de aquella reducida habitación, se puso de pie, cerró la puerta y volvió con prisa a colocarse por un lado para reconstruir tiernamente la seguridad que con sus brazos podía regalarle a aquella frágil criatura.


Ten mis mejores besos,
el frío de mis manos nerviosas e inquietas.
Ten un presente que amarra
de mí una parte a tu cuello.
Ten una manga empapada con sales,
un hombro mojado.
Ten un buen viaje de vuelta a casa.