lunes, 8 de abril de 2013

Caminando contigo.

Estoy aprendiendo a abrazar lo absurdo de la vida, queriendo ser auténticamente ridícula.
Me encuentro intentando lanzarle mordidas al aire, intentando diluir los ladridos coléricos que sólo le suman peso a mi libertad, intentando no hacer caso de las palabras que duelen.

Voy a regalar sonrisas amables,
abrazos espontáneos,
a beber café en el centro,
a viajar a lugares que no haya visitado,
charlar con extraños en las plazas,
a comprar libros de autores poco conocidos,
escuchar canciones que no hayan sido aún compuestas,
a descomponer el tiempo, entre tus brazos,
a besar despacio, sin soltar tu mano,
y construir murallas que atraviesen mundos en silencio.

sábado, 6 de abril de 2013

Vuelvo a nacer en el horizonte de tus ojos.

Me desvanecía sentir tu aliento en mi oído,
susurrándome cuentos de amor.
Canciones que narraban la ternura de unos besos
perdidos en la marea alta, sobre la arena,
en aquella playa lejana.
Caminante curioso, te extraviaste una y cien veces
en los alargados surcos de mi espalda
y al pasear tus dedos sobre ese sendero
me reinventabas.
Tus besos, la tinta que pintó palabras intangibles en mi piel,
como si fuera ésta un libro vacío,
páginas blancas siendo colmadas por ti.