miércoles, 8 de diciembre de 2010

El universo conspirando por nuestro amor.

Cada mundo imaginario en su órbita paralela, tan paralelos nuestros universos y tan intenso nuestro querer que los agujeros negros consensuaron, en la última expansión del espacio, nos absorberían para encontrarnos en otra constelación; las estrellas, su brillo envolvente como la fuerza con la que implosiona una supernova hermana; la vía láctea, en toda su extensión sería el camino que soñábamos recorrer camino a casa; el manto estelar como la cobija que nos arroparía cada una de las noches que nos amemos.

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