domingo, 20 de noviembre de 2011

Los buenos momentos de la vida.

Me hacía mucha falta hacer un espacio para mí misma, salir con personas diferentes y aunque es extraño no tener a quién regresar por la noches, en quién pensar, a quién extrañar, todo está maravillosamente bien por el momento.

Desperté por la mañana con la consciencia ávida de volver a vivir mi vida. Salí a pasear a una plaza y terminé comprando muchas cosas: ropa, anteojos, más ropa. Y mañana volveré por más, seguro.
Atraje muchas miradas en ese instante; decidí arreglarme elegante, pero modesta. Inclusive comencé la mañana con una ducha que fue realmente revitalizante para mí y para mi imagen. Hasta mejoró mi autopercepción.

Y después, una noche adorable la cual pasé sentada junto a una fogata hecha de leños secos en el jardín de una inmensa casa muy bella, con un cielo repleto de estrellas y un frío que me hacía sacar vaho por la boca al exhalar mi respiración. Asando pan, salchichas, malvaviscos, comiendo golosinas, trufas, chocolates, gomitas, papas fritas, dulces de tamarindo, panquecitos y pay de frutas con queso. Además de un riquísimo ponche de frutas casero. Contando mil historias, cantando y riendo, jugando cuales niños y creando nuevas memorias.

La noche de ayer transcurrió espléndidamente. Ahora estoy aquí en mi habitación sola con estos recuerdos y con una sensación de satisfacción.

Pienso en él, sonrío y doy gracias de estar justo donde estoy ahora.
Pienso en él y no me interesa más el asunto.
Pienso en mí y soy feliz de nuevo.

1 comentario:

Дaниел dijo...

En realidad no es humo así tal cual humo, sino vaho. Esa es la palabra correcta, vaho.