domingo, 3 de marzo de 2013

Silencios desesperados.

Quiero detenerme a observar el paisaje, a respirar esa luz, pero el mundo me azota relojes contra el corazón que ya desganado se entrega a los torbellinos gritados de aquellos grandes perros negros.
Me contienen las paredes ladrando tristes y amargas notas hambrientas, sedientas, muertas.

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