domingo, 31 de marzo de 2013

Tus manos, benditas tus manos.

Así corren las certezas,
entre tus labios y los míos.
De los besos que nos dimos
brotan suave ríos de esperanza.

Todas las ciudades me reciben con frío y rostros conocidos,
y de otras me despiden las miradas nostálgicas de quienes bien me aman.

Tuve una semana emotivamente intensa.
Verdaderamente ya es tiempo de dar gracias, respirar y volver.

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