miércoles, 5 de noviembre de 2014

Contienda.

Caerás ante lo frágil
e insensible de su locura.
O ante la rabia incontenible
del universo a la ofensiva.
Ximena, ¿le besarías equivocadamente?
Hibernarías / tal vez /
en aquel kiosko,
no sólo el capricho
que los ojos suyos te provocaron.
Tartamudeabas entonces,
con el whisky agitándose entre tus manos.
Zozobra en tu corazón,
aleteando con resistencia,
por dirigir los pasos
a una guerra inexcusable.
Clamabas jaculatorias,
plegarias confusas.
¿Sabrás después / Ximena /
vestir de silencio
el yelmo y tu yugo?

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