Pasar la noche planeando cómo terminar esto, ensayar las palabras consciente de que no podré nunca repetirlas igual.
Aún no sé cuándo y lo peor es que él podría no tener ni idea.
No creo no llorar, pero creo que estaré mejor así.
Tengo miedo de flaquear y no hacerlo. De verle a los ojos y sentir miedo. De quebrarme y llorarle cuando no quiero y sí quiero que me vea así, frágil, necesitada de algo que podría no ser él y a la vez sí.
Y de alguna manera le siento como un niño incapaz de cuidarme y de hacerme sentir segura, de saber quererme, porque quizás sepa querer, pero su manera de hacerlo no me va.
No me llena.
Temo no hacerlo, vivir y quedarme en los recuerdos. Porque le dejé tomar de mí mucho, se lo di y eso hace aferrarme a él.
Pero eso ya fue, ¿qué hay del ahora?
Aquella ciudad fue linda, fue buena e hicimos muchas cosas juntos. Pero esta no, esta ciudad me ha lastimado, han sido lágrimas que no se han limitado a la noche.
Y me fallé a mí misma al dejarme quererle así, tanto, y al ser ciega y culparme, y al perdonarle sin olvidar.
1 comentario:
Te pareces tanto a mi.
Publicar un comentario